DEMENCIAL

DEMENCIAL

Si ayer calificaba la situación en Cataluña como de esperpéntica, hoy añado un nuevo adjetivo: demencial. Los acontecimientos son de auténtica locura, esquizofrénicos, propios de mentes ausentes de la realidad, envanecidas por sus propias mentiras.

Hemos presenciado en directo un golpe de estado, un atentado contra la democracia y una afrenta a millones de españoles. Los que confiamos y creemos en el estado de derecho esperamos impacientes la reacción del gobierno, la aplicación de las leyes y la inmediata destitución de quienes han cometido un delito de sedición. La justicia ha de actuar con firmeza, de forma implacable contra los traidores que están poniendo en peligro la convivencia y la estabilidad de toda una nación como España. No se ha actuado de forma democrática. Se han vulnerado las leyes y los principios constitucionales. De locura. Veremos qué ocurre cuando tengan que dar cuenta de sus delitos. Sus decisiones van a provocar una quiebra social y económica, unas heridas que tardarán años en curarse.

Ha predominado el egoísmo y el egocentrismo de una minoría que no representa a esos millones de catalanes que se sienten españoles. Que sepan estos últimos que cuentan con el apoyo de una inmensa mayoría de ciudadanos de todo el territorio nacional que lamentan, deploran y condenan estos hechos. La tarea es ardua, el camino será duro, pero la razón y la justicia triunfará. Desde la unidad, el sentido común y la ley, las aguas revueltas volverán a su cauce. Habrá que restañar muchas heridas: amistades rotas, familias divididas, vecinos enfrentados, desconfianza … El miedo ha de desaparecer de calles y plazas. La verdad y el sentido común se impondrán sobre las mentiras, delirios y engaños de los sediciosos.

Desde estas líneas muestro mi apoyo a todos mis familiares y amigos que viven en Cataluña y no se sienten independentistas. Sé que queréis y amáis a esa tierra a la que habéis entregado vuestro trabajo y vuestra vida, a la que con vuestro esfuerzo habéis contribuido a engrandecer.

Durante años se ha sembrado el odio y la ignominia por una minoría. Se ha tergiversado y manipulado la historia de España. Basta de engaños. La farsa terminará. La cruda realidad les hará ver lo equivocado de sus desafortunadas decisiones. Mantengo mi fe en el triunfo de la razón.